Rusia
Rusia acogerá los Juegos Paralímpicos, pero millones de personas con discapacidad sufren discriminación.
Para muchos jóvenes de 19 años, el mundo es un lugar cada vez más con mayores posibilidades y mayor independencia. Para Nikolai Titkov es diferente. Delgado y pálido, se pasa casi todo el día, todos los días, en la cama. Empujado contra una pared en su habitación estrecha, la cama es un revoltijo de mantas y almohadas con una mesa plagada de medicamentos a sus pies. Cuando tenía 5 años, Nikolai-o Kolya como su madre, Tatiana, lo llama-fue diagnosticado con una condición en la cual los músculos se desgastan. Con los años, ha perdido la capacidad de caminar, escribir o bañarse-confiando en Tatiana para cuidar en la mayoría de sus necesidades.
Incluso cuando Kolya no puede levantarse de la cama, un ejercicio peligroso teniendo en cuenta lo frágil que sus huesos son, no puede moverse con facilidad. La tercera planta de la vivienda social de los Titikov, en la ciudad de Orekhovo-Zuyevo en la región de Moscú, es pequeña y estrecha, con pasillos angostos, lo que hace que sea casi imposible moverse con silla de ruedas desde el dormitorio hasta la cocina.
Salir de la vivienda es aún más difícil: el edificio no tiene ascensor, y los caminos a menudo se cubren con hielo durante el invierno.
Al menos 13 millones de personas con discapacidad viven en Rusia. En los últimos años, el gobierno ha tomado medidas importantes para mostrar que está comprometido a garantizar los derechos de las personas con discapacidad, incluyendo la ratificación de la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) en 2012. El tratado obliga a Rusia a proteger las libertades fundamentales de las personas con discapacidad y garantizar la igualdad de acceso a los transportes, el medio ambiente físico, la información, las comunicaciones y las instalaciones y servicios públicos.
El programa de Medio ambiente accesible (2011-2015), de miles de millones de rublos, tiene como objetivo aumentar el acceso de las personas con discapacidad a la educación, la salud, la información, el transporte y otros servicios públicos en varias regiones de Rusia. Por otro lado, marzo de 2014 Rusia será la sede de los Juegos Paralímpicos de Invierno en Sochi, donde cerca de 1,300 atletas con discapacidad competirán en cinco deportes paralímpicos de invierno.
Pero los progresos siguen siendo limitados. Para muchas personas con discapacidad como Kolya, la vida cotidiana sigue limitada por las barreras físicas y sociales que los mantienen marginados de la sociedad, y sin una adecuada educación, empleo digno, o la capacidad, incluso a abandonar sus hogares. Los profesores visitan a Kolya en ocasiones, porque él es incapaz de asistir a la escuela. Él ha olvidado de cómo leer y el contacto con gente de su edad está limitado a las visitas ocasionales de jóvenes, cuyo padres, Tatiana conoció a través de un grupo, fundado por ella, de derechos de las personas con discapacidad.
El intento de Tatiana para que el gobierno local les proporcione el dinero para la rehabilitación que Koyla necesita, ha caído en saco roto. Ella y Nikolai deben viajar a Moscú y pasar varias noches en una habitación de un hospital llena de gente para así conseguir que los servicios de salud les atiendan. La familia vive de la pensión estatal de invalidez de Koyla y de organizaciones benéficas de cuidados paliativos en Moscú.
El año pasado, las cosas parecían tomar un giro para mejor. Después de una serie de quejas por escrito y batallas legales en el curso de siete años, los Titkovs ganaron un caso judicial en el Tribunal Regional de Moscú. El tribunal ordenó a la administración de la cuidad, Orekhovo-Zuyevo, que tenían que reubicarlos en un apartamento que cumpliera con los requisitos exigidos por los documentos-incluyendo médicos del estado de Kolya un lugar en el primer piso (o un apartamento con ascensor) y la regulación de la temperatura adecuada. Tatiana también sueña con un balcón para Kolya para sentarse.
La ciudad tenía que reubicarlos el 25 de noviembre del 2012.
Pero todos los acuerdos que la ciudad había propuesto a los Titkovs desde la orden judicial se suspendieron cuando conocieron las necesidades médicas de Koyla.
Cuando se le preguntó dónde iría si pudiera salir del edificio por su cuenta, Kolya dice: “me gustaría hacer cosas como ir a la tienda y escoger las verduras. Me gustaría ir de compras en IKEA, donde las instalaciones son sillas accesibles. Me gustaría estar pendiente de las cosas y llamar a la policía si viera a gente que no hace cosas buenas.
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