El Electroshock, actualmente conocido como Terapia Electro-Convulsiva (TEC), es un procedimiento psiquiátrico basado en la administración de corriente eléctrica en el cerebro de intensidad y duración suficientes para inducir una convulsión generalizada.
La manifestación del pasado 16 de mayo reunió a más de 25 países, entre ellos Chile, y estuvo convocada por organizaciones de sobrevivientes de la psiquiatría que han decidido denunciar el electroshock de manera masiva, rindiendo además un homenaje al activista Leonard Roy Frank quien falleció este año y dedicó gran parte de su vida a luchar contra los abusos de la psiquiatría. La demanda a nivel internacional señalaba que el electroshock representa una forma de tortura y en la medida que constituye una violación a los derechos humanos debe dejar de utilizarse en todo el mundo.
El Electroshock, actualmente conocido como Terapia Electro-Convulsiva (TEC), es un procedimiento psiquiátrico basado en la administración de corriente eléctrica en el cerebro de intensidad y duración suficientes para inducir una convulsión generalizada. Muchos usuarios y usuarias de salud mental han sido severamente afectados por este tratamiento, olvidando acontecimientos importantes de su vida, dejando de hacer las cosas que más le habían gustado al perder habilidades y conocimientos que tenían antes de someterse a este procedimiento, sufriendo dificultades cognitivas para aprender y recordar cosas nuevas, provocando una desvalorización de la confianza y la autoestima, limitando las posibilidades de desarrollar una vida plena de crecimiento personal. En Chile aún se practica este tratamiento y sigue dañando la vida de muchas personas, por este motivo el pasado 16 de mayo el Colectivo de Autogestión Libre-mente y el Centro de Acción Crítica en Salud mental convocaron en Santiago a una manifestación en conmemoración del “Día internacional de protesta contra el Electroshock” en la entrada del Instituto Psiquiátrico José Horvitz Barak.
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