La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se pronunció hoy por la necesidad de “levantar la barrera de la discapacidad intelectual” y aseguró que existen casi 200 millones de personas con esa problemática en el mundo, por lo que para muchas hallar un empleo estable es “un desafío”.
“La discapacidad intelectual limita mucho el desarrollo. Por lo general, ninguna escuela secundaria o instituto de formación acepta a esas personas luego de concluida la primaria”, señaló a modo de ejemplo el organismo laboral tripartito mundial.
En China, existe el Centro de Rehabilitación del distrito Fengtai, en Beijing (Centro Lizhi), que trabaja con la OIT.
Las personas con ese tipo de discapacidad reciben formación específica sobre temas como competencias sociales, alfabetización, matemática, artesanía, cocina, servicio doméstico y técnicas respecto de cómo ser útiles a la sociedad, sostuvo el organismo.
El camino para obtener un trabajo seguro presenta desafíos como hablar; llevarse bien con los colegas; comprender las normas y la reglamentación, por lo que el innovador modelo de “empleo con apoyo” del Centro Lizhi, ofrece entrenamiento en el lugar laboral para aprender competencias y convertirse en trabajador estable.
“La mayor parte de los estudiantes con discapacidad intelectual no logra adaptarse al ambiente de trabajo competitivo durante los primeros meses”, explicó Feng Lu, director del Centro Lizhi.
La experiencia internacional demostró que para las personas con discapacidad intelectual la formación en el trabajo es mucho más eficaz a partir de los instructores y el apoyo psicológico.
Uno de los inconvenientes de los programas de formación profesional clásicos es que no ayudan a superar los problemas que surgen al concluir esa formación, por lo que “es mejor ubicar a alguien e instruirlo que instruirlo y ubicarlo en un empleo”, afirmó Barbara Murray, especialista en discapacidad de la OIT.
La carencia de profesionales en formación en el lugar de trabajo evidenció ser un obstáculo, ya que muy pocos están instruidos para ejercer la función de instructores laborales.
El proyecto PROPEL (Promover los derechos y las oportunidades de las personas con discapacidad en el empleo a través de la legislación), financiado por el programa Irish AID, permite a la OIT trabajar con el Centro Lizhi, la Federación china de personas con discapacidad (CDPF) y el Instituto de Educación Especial de la Union University de Beijing (UUB) para mejorar las oportunidades.
El UUB forma a asesores laborales para ofrecer orientación a las personas con discapacidad intelectual, por lo que se impone elaborar un plan específico a la medida de cada uno, explicó el profesor Xu Jiancheng, decano del Instituto de Educación Especial.
La PROPEL-China trabaja con la Asociación china de personas con discapacidad intelectual y sus familiares, la CDPF y la UUB para realizar un seminario e intercambiar su metodología con otros centros de formación profesional, aseguró la OIT.
El encuentro será la primera etapa para introducir el enfoque de apoyo en el lugar laboral en las más de 5.000 instituciones de formación profesional para personas con esa discapacidad en China.
NINGÚN COMENTARIO